José Luis Sampedro, a los 96 años y tan joven, se ha
marchado. Justo hoy, antes de saberlo, leía su prólogo en ¡Ingidnaos!, de Stéphane Hessel.
Conocí a Sampedro hace años, cuando vino a Alicante a dar
una conferencia al instituto de secundaria en el que yo estudiaba. Ese día dio
dos consejos a los jóvenes que aspirasen a escribir, dos consejos que a mí me
han acompañado a la hora de hacer canciones. Uno de ellos era dejar de hacerlo:
si después de ello seguías sintiendo la necesidad de volver a escribir, debías
continuar; nunca he dejado de hacer canciones de manera consciente, pero cuando
la música ha estado menos presente en mi vida, he tenido que volver a ella. El
otro consejo era el de no imitar a nadie: Sampedro venía a decir que, aunque al
final fueras más o menos original, tu punto de partida sí debía serlo.
Después de aquella conferencia busqué sus libros. Comencé
por La sonrisa etrusca y por la
recopilación de relatos Mientras la
tierra gira. Entonces no podía saber que, además de mi vinculación
emocional al personaje y su obra, Sampedro sería para mí un referente humano y
político que nos alienta, parafraseando a Raimon, a decir no: “Digamos NO. Negaos. Actuad. Para empezar,
¡INDIGNAOS!”. Así lo haremos, José Luis; así que mientras tanto, descansa
en paz.
David Luis.
.jpg)
También para mí ha sido un referente, tanto sus libros como su actitud ante la vida. Saludos, Xtina.
ResponderEliminar¡Saludos, Cristina!
Eliminar