domingo, 10 de marzo de 2013

El circo ambulante.

El circo de Trini.




    Cuando nació esta melodía, sabía que a través de ella, tenía que cantar del circo. Ya tenía el escenario, y los personajes, todavía inmóviles como estatuas humanas: los payasos, el mago, el trapecista, el león y el elefante…, los espectadores. Una noche los personajes empezaron a moverse poco a poco y a articular palabras en mi oreja, desvelándose cada uno de ellos ante mí como lo habría hecho un espejo. Dicen que todas las canciones tienen algo de autobiográfico, pero no esperaba que este circo ambulante iba a cantar, a través de mí, tanto de mí: creo que es una de mis canciones de las que estoy más cerca, de las más sinceras.


El circo de Alfonso.


    El pequeño Alfonso, mi alumno de 5 años, decía el otro día que los que iban al circo en su dibujo, se refugiaban de la lluvia; tenía razón (y corazón): qué mejor sitio para refugiarse de los truenos que un circo, yo también lo hago. Y tiene que llover, como canta mi querido Pablo Guerrero, y lucharemos desde una atalaya de magia, música y poesía como la de Alfonso, bajo el trueno del tambor que nunca deja de sonar.



El circo de Fernando.
El circo de Rosa.
El circo de Tabita.





El circo de Cristina.
















EL CIRCO AMBULANTE

Soy un circo ambulante,
ya comienza la función
(en el fondo siempre quise
ser tu centro de atención).
Aquí están mis torpes manos
como garras de león,
de las tuyas lluvia fresca
para mi imaginación…

Y soy el payaso tonto
si me muestro como soy,
cuando sé decir “te quiero”
y mi verso entero doy.
Cuando soy payaso triste
tengo toda la razón,
y una lágrima tatuada
de la piel al corazón…

Al anochecer
se baja el telón:
soñé que al despertar
aún quedaba un espectador.


Elefante que se sienta
en taburete a recordar:
la memoria frena el tiempo
del pesado caminar.
En el paso lento y firme
las orejas me guiarán
por la senda donde nadie
ha podido regresar,
nadie pudo regresar.

Trapecista como el ángel
entre luz y oscuridad
bajo el trueno del tambor
que nunca deja de sonar,
hasta que aparece el mago:
de un incendio y un temblor,
donde nadie lo esperaba,
ha sacado una flor,
ha nacido una flor.

Al anochecer
se baja el telón:
soñé que al despertar
aún quedaba un espectador.

 

Ya se va el circo ambulante,
ya termina la función.
La verdad, tú ya lo sabes,
hoy buscaba tu atención.
Yo no dejo de moverme,
es ilusa mi ilusión:
es que no te hayas ido
cuando acabe la función,
cuando acabe mi canción.

Al anochecer
se baja el telón:
soñé que al despertar
aún quedaba un espectador.

Y al amanecer
se sube el telón:
soñé y al despertar
aún quedaba un espectador.

© Letra y música: David Luis.
Voz y guitarra: David Luis.
Grabada en vivo el 26 de enero de 2013 en Alicante.

2 comentarios:

  1. Muy bonita, emotiva y original canción. Me ha gustado la anécdota del dibujo de tu alumno sobre el circo y la referencia que hiciste a Pablo Guerrero. Besos
    Fani

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    Respuestas
    1. Muchas gracias, Fani, por leer y escuchar con tanta atención y emoción.

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