A Yerson y Alba
El día que salgan
de la tierra flores,
(solamente flores)
que al sol treparán,
de las de raíces,
colores y olores,
las flores que el alba
te regalará.
(El día que salgan de la tierra flores,
David Luis).
Sé muy bien que si me alzo
de mi pecho hasta el sol,
puede hacerlo con mi ayuda
esta niña, esta flor.
(Un gigante, David Luis).
Foto: Pedro Lencina. |
Si canto en casa, las
frecuencias que consigan cruzar las ventanas, formarán la melodía de un pájaro
enjaulado; hay que sacar las guitarras a la calle.
Antes hablé de canciones como
casas vacías que han de habitarse por niños; hoy pienso en dos ventanas, cada
una de un hogar, y de cómo una corriente de aire traza, de una ventana a otra,
un camino que atraviesa el mar; por esa corriente, ese hálito, viaja una
canción: un regalo que le envía un niño a una niña que no conoce para que esté
más contenta (es para lo que sirve cualquier regalo); por el camino, así como
las nubes cambian de forma, algunas palabras han cambiado, pero el aliento de
la tonada es el mismo. En toda esta historia, yo solamente hice esa canción
viajera.
El día que salgan de la tierra flores fue escrita para Yerson, víctima de una mina anti-personal. El sábado
pasado esa canción llegó hasta Alba en el recital de Anuesca en El Campello, junto con
un montón de tapones de plástico, para ayudarle a abrir cada día más ventanas,
pintadas de paisajes y llenas de aire fresco.
Pasa por aquí para saber más
sobre Yerson y Alba:
Aquí están las canciones que le dedicamos y cantamos a Alba y a su familia en el recital poético musical de Anuesca:
Noviembre de
2012.
David Luis.